Reseña de Bitch Planet Vol. 1: Extraordinary Machine

Bitch Planet es un cómic que se está publicando desde el 2014 y toca ciertos temas espinosos como la violencia, el racismo, los sistemas de dominación, la política y el feminismo. Eso sí: su nivel de sutileza es el mismo que uno podría esperar de un adoquín reventando un cráneo. No hay nada sugerido, connotado: todo es brutal, directo y obvio. Yay!


Este mundo está regido por un "Consejo de Padres": un grupo de hombres poderosos que tiene poder de decisión sobre prácticamente cualquier cosa. Las mujeres son ciudadanos de segunda clase, y pueden ir a parar a la cárcel por las más ridículas ofensas: obesidad, manipulación emocional, deshonra (?), tener Síndrome de Down, ser una "mala madre", ser fruto de un embarazo no permitido, entre otros. A su vez, todas las  razones para ser encarceladas pueden resumirse en ser "non compliant", es decir, enfrentarse a la autoridad, no ser lo suficientemente dóciles. Casi como en una cacería de brujas, todo vale. Un marido puede denunciar a su esposa para irse con su amante, una familia puede decidir librarse de un miembro indeseado. Básicamente cualquier excusa es buena. 


Pero ¿a dónde van todas estas mujeres? El nombre técnico es algo así como "Puesto Auxiliar de Cumplimiento", pero es conocido popularmente como Bitch Planet (el Planeta Perra). Bitch Planet es una suerte de penitenciaría/estación espacial (similar a la de Alien³), un pequeño planeta controlado por guardias enmascarados y un espantoso holograma rosa que hostiga continuamente a las internas y les recuerda sus crímenes, ya sean reales o imaginarios. DeConnick (la autora) y DeLandro (el dibujante) plantean una estética decididamente retro. La imagen de tapa nos recuerda a las películas del cine de explotación de los '50 que se centran en las cárceles de mujeres: promete morbo,violencia, desnudez. 


Nuestra protagonista es Kamau Kogo, una ex atleta. Kamau es acusada injustamente por la muerte de otra prisionera, y las autoridades la chantajean con esto para que forme un equipo con otras compañeras. La idea es hacerlas competir en una actividad a la que llaman Duemila o Megaton, una competencia brutal y televisada donde, históricamente, sólo han participado hombres. Pero el interés por el juego está bajando, y alguien propone hacer las cosas un poco más interesantes al introducir un grupo de mujeres. Total, son presas ¿a quién le van a importar?
Se le explica a Kamau que si acepta participar se tendrá en cuenta su buena disposición y esto incidirá en su condena. Kamau, sabiendo que es una gran mentira, rechaza la propuesta. pero luego se ve obligada a aceptar (¿qué opciones tiene?). Las reglas del juego señalan que cada grupo puede tener cuantos integrantes desee, siempre y cuando entre todos llegen al máximo total de 2000 libras (unos 900 kilos). La idea es marcar puntos con una pelota pesada rellena de arena, y no hay reglas en cuanto a la violencia física que un jugador puede ejercer sobre otro, excepto la siguiente: debe ser uno a uno. 

Quienes convencen a Kamau de participar son sus compañeras. Una de ellas, Meiko, termina de convencerla diciéndole que la competencia se llevará a cabo dentro de una nave en la que estará presente la mitad del Consejo. Y, oh coincidencia, es una nave que Meiko diseñó. Si ocurriera un desafortunado accidente sería terrible, ¿verdad?

Finalmente Kamau comienza a formar su grupo. Entre las elegidas está Meiko (por supuesto) que es muy ágil pero pequeña, y Penny, una interna enorme y gorda que será la encargada de despejar el camino para que Meiko haga los puntos. En este volumen se cuenta brevemente la historia de Penny, encarcelada por no cumplir los estándares físicos del Consejo. Penny es negra, es gorda, es pobre: básicamente le toco el peor número de la lotería. Pero lo peor de todo es que está feliz así. No pide disculpas, no se muestra arrepentida. Ay, estas gordas de mierda, qué se creen siendo felices.


Otra cosa genial que tiene Bitch Planet: recupera las páginas de publicidades de los viejos cómics, donde entre aventura y aventura te mandaban una página de anuncios con productos o cursos que podías ordenar por correo. Con mucho humor negro DeConnick y DeLandro intercalan datos reales y preocupantes, como el número de mujeres estadounidenes asesinadas en un año por sus parejas, con cosas ridículas o de mal gusto como unos lentes de rayos X para "ver a través de las intenciones"  de un hombre (¿Ese tipo realmente te está siguiendo o sos sólo una paranoica?), un Gyno-coin para hipnotizar a otras mujeres que te estén robando el foco de atención, un parásito estomacal para bajar de peso, una pastilla para estar de acuerdo con tu marido o un perfume para vaginas, porque como todos sabemos, los genitales femeninos son sucios y dan asco. 


(Voy a hacer un pequeño alto acá para comentar que más alla de todo está obviamente exagerado para causar impacto, es aterrador ver lo mucho que algunos de estos productos se parecen a cosas reales. Sin ir más lejos, hace unos años salió un comercial en la India (pueden verlo acá) que mostraba a una pareja triste y abatida...que mejoraba instantáneamente cuando la mujer decidía blanquearse la vagina. También hay ejercicios para reducir la "anti estética" grasa vaginal o mentas vaginales. Y la lista es interminable. Ya es lo suficientemente duro tener que enfrentarse todos los días al modelo ideal de mujer que te dice cómo maquillarte, cómo vestirte y cómo comportarte sin tener que, encima, preocuparte por cómo los demás van a evaluar tu concha. BASTA.)

El problema de Bitch Planet radica en que tiene un muy buen comienzo y un final re ganchero, pero en el medio... meh. La propuesta es fantástica, pero la trama avanza de forma muy lenta y el lector puede embolarse un poco. Exceptuando la historia de Penny no hay demasiados datos sobre el pasado de las prisioneras, y eso impide que el lector sienta empatía. En vez de intentar atraparnos más, la autora se deja llevar por detalles poco interesantes sobre la sociedad de Bitch Planet. También hay algunos momentos confusos (¿por qué a alguien le importaría que un guardia espíe a las reclusas en su intimidad, si pueden matarlas a golpes y a nadie se le mueve un pelo?) y reglas arbitrarias, pero lo compensa prometiendo mucha acción en el futuro. En conclusión, no diría que fue todo lo bueno que podría haber sido, pero estoy comprometida a seguir leyendo. Hay un juego mortal, toques de humor Tarantinesco, una micro sociedad femenina en el espacio y personajes diversos: ingredientes perfectos para hacer una gran historia.




P.D: Lamentablemente este cómic no está traducido al castellano. De todas formas la trama es lo suficientemente sencilla como para poder seguirla si más o menos cazan algo de inglés. Puede bajarlo de internet o comprarlo en esta genial página que tiene precios en pesos y no cobra envío <3: Book Depository.

Comentarios

  1. HI, do you know where I can download this on the internet? Or, do you have a copy to share? Thanks in advance!

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