Reseña de Stranger Things - Primera Temporada (Primera parte)

[Esta reseña comenta de qué se trata la serie (sin spoilers) e incluye observaciones sobre los capítulos 1, 2, 3 y 4 (con spoilers).

Be warned.]

Aquellos que me conocen saben que en los últimos años desarrollé una extraña (e insistente) fascinación por los productos audiovisuales de los ochenta (series, películas, música, videoclips, videojuegos, etc), especialmente aquellos que involucran niños y elementos fantásticos. 

Sí, es la misma fuente que usaban en las películas de Star Trek.
La nueva mini serie de Netflix, Stranger Things, tiene ambas cosas. Acertadamente descripta por alguien como "Si Stephen King hubiera escrito E.T", nos cuenta una historia que transcurre durante el año '83 y dura apenas ocho capítulos.  Comienza con un grupo de niños (Mike, Lucas, Will, Dustin) viven en un pueblito de Indiana y pasan el tiempo jugando Dungeons & Dragons porque son unos ñoños incurables.


Will vive con su madre, una divorciada cuarentona que trabaja demasiado (Winona Ryder) y su hermano mayor, Jonathan (Charlie Heaton), que tampoco es lo que se dice un chico popular. Mike (Finn Wolfhard, prestenle atención a este chico, va a ser Richie en la nueva adaptación de IT), en cambio, tiene una familia más tradicional: mamá, papá, la bebé Holly y su hermana mayor, Nancy. Nancy es la "chica diez": modosita, buena estudiante, buena chica. Pero tiene un secreto: mantiene encuentros furtivos con un chico de mala reputación, Steve Harrington.


Hasta ahora, todo normal. Es un pueblo pequeño, normal, y aburrido, donde no sucede nada particularmente emocionante. Pero una noche, luego de una intensa partida de rol en casa de Mike que dura más de diez horas, los chicos deben volver a casa. Se despiden en la puerta, como siempre, hasta mañana, nos vemos, chau, buenas noches. Will va solo, en su bici, tranquilo. Y de repente ve algo horrible en la calle, esperándolo.


Esa noche, Will desaparece.

Su madre está desesperada, pero al principio nadie le lleva demasiado el apunte. Después de todo, lo más probable es que el chico se haya escapado de la escuela, o esté con su padre; quizás con un amigo. Como le dice el jefe de policía: en el 99% de los casos, cuando un niño desaparece está con uno de los padres o un familiar.

¿Pero qué pasa con el 1% restante?

(Hasta acá no les conté nada que no estuviera en el trailer. A partir de este punto hay SPOILERS.)

La búsqueda de Will resulta infructuosa. Jonathan va a ver a su padre, un tipo desagradable llamado Lonnie, para descartar que su hermanito esté con él. Lonnie llamaba a Will "marica" por ser un chico sensible, así que podemos estar bastante seguros de que no va a ganar el premio al padre del año. La cuestión es que el chico tampoco está ahí. Jonathan está cada vez más preocupado.


Como Will sigue sin aparecer, se dedica a pegar carteles con su foto en el pueblo. Algunos chicos se burlan de él a sus espaldas por ser un pibe raro y sin amigos. Mientras tanto, la gente comienza a inquietarse. La madre de Mike le prohíbe a su hija mayor que salga de noche mientras el chico siga desaparecido. Nancy, siendo adolescente y por lo tanto boluda, convence a su amiga Barb de ir a la casa de Steve a "tomar algo" mientras sus padres no están. Barb le advierte que él sólo está tratando de acostarse con ella, y que sus amigos tienen muy mala reputación, pero a Nancy no le importa. Al final van, y es dolorosamente obvio que Barb está de más entre esos chicos alegres que toman cerveza y se tiran a la pileta. Nancy se va con Steve, los otros dos se cortan solos. Mientras tanto, el hermano mayor de Will, Jonathan, los observa de lejos. Había salido a buscar a su hermano, pero se distrae observando a esos chicos que la pasan bien y no tienen preocupaciones. Les saca varias fotos con su cámara, incluyendo un par a Nancy (a quien puede ver desde la ventana desvistiéndose).

¿Y Barb? ¿Qué pasa con ella?

Que esto sirva de lección: si dejás en banda a tu amiga se la va a comer un monstruo.
Esa noche, Barb también desaparece.

Al día siguiente Jonathan revela las fotos en el cuarto oscuro de la escuela, con tan poco disimulo que una chica lo ve y le cuenta al grupito de Steve. Estos lo esperan a la salida y lo increpan, le dicen que es un freak, un pervertido, un enfermo. Luego proceden a romperle la cámara.

Llegado este punto debo decir algo: no me cae mal Steve. Por lo general hacemos la siguiente distinción: loser-bueno, popular- malo. Pero Steve no es exactamente malo. Sí, está tratando de acostarse con la inocente Nancy, ¿y que tiene? Son adolescentes.


Se burla de Jonathan y le rompe la cámara, ok, pero para ser sinceros, lo que hizo fue perturbador. Una cosa es quedarse un momento espiando, tal vez imaginando cómo sería sumarse a ese grupo alegre de chicos de su edad. Otra muy distinta es gastar el rollo sacando fotos a una chica en corpiño. Es SUPER CREEPY. Lo siento, pero es indefendible.

Por otro lado, los amigos de Will deciden ir a buscarlo.
Al bosque.
En plena noche.
Durante una tormenta.
Una idea fantástica, claramente.

Mientras deambulan por ahí se encuentran con algo inesperado: una chica delgadísima, rapada, temblando bajo la lluvia.


Ellos no lo saben, pero la chica escapó de una base militar cercana al pueblo...el mismo lugar de donde huyó la criatura siniestra que raptó a Will. Durante años fue un conejillo de indias para los científicos del lugar, que experimentaron con ella. Como resultado, no está adaptada para vivir en sociedad. Eso sí: puede mover cosas con la mente. Bueno che...por lo menos obvtuvo algo. Cuando entra a un bar local a robar comida, el dueño se apiada de ella y le sirve una abundante cena mientras llama a Servicios Sociales. Lamentablemente la llamada es interceptada por los militares, que le disparan y fingen un suicidio para no levantar sospechas. La chica logra huir, y así conoce a los amigos de Will. Mike decide esconderla en su casa, pero no le cuenta nada a sus padres debido a la insistencia de la chica en que sucederían cosas muy malas si lo hacía.


La niña, llamada Eleven (Once) por un tatuaje que lleva en el brazo, les dice que Will está escondido. Pero ¿dónde? ¿Y por qué? ¡¿QUÉ LE PASÓ?! No lo sabemos, pero mediante numerosos (tal vez demasiado numerosos) flashbacks nos enteramos de las cosas horribles que le hicieron a Eleven. En agradecimiento por la hospitalidad recibida, Eleven les dice a los chicos que puede ayudarlos a encontrar a Will. El problema es el siguiente: Will sigue presente...de alguna manera. En ese sentido, me recordó a la película de Silent Hill, donde (spoiler) al final te das cuenta que los protagonistas nunca iban a encontrarse, porque estaban en dos versiones diferentes del mismo lugar. Uno era este mundo, y el otro...no. Era una copia pálida y sombría, idéntica a la nuestra en su estructura, pero llena de monstruos y sufrimiento.

Por otro lado tenemos a la mamá de Will, Joyce. Joyce cree (sabe) que su hijo trata de comunicarse con ella. Primero recibe extrañas llamadas telefónicas que, invariablemente, terminan cuando el teléfono en cuestión recibe una descarga de electricidad y se funde. Cada vez más obsesiva, nota que las luces de su casa parpadean de forma extraña, como si su hijo tratara de mandarle un mensaje. Así decide prender todas las lámparas posibles, y llena su casa de lucecitas de navidad. Pronto todos la toman por loca, pero ella sabe que es real. Will está cerca. Lo malo es que el monstruo también. Una de las paredes del cuarto de su hijo se mueve, como si en vez de algo sólido fuera una membrana por la cual ALGO quiere salir. Y las luces siguen parpadeando frenéticamente, pero Joyce no entiende lo que quieren decir.


Ya desesperada, decide pintar el alfabeto en la pared, una letra para cada luz. Así, entiende, su hijo podrá comunicarse con ella. Pero Will sólo puede decirle que sigue ahí, en la casa. Ah, sí, y que huya de la cosa horrible agazapada en la pared.


Finalmente la polícia se "encarga" de todo: Barb, la amiga desaparecida de Nancy, se fugó, y Will aparece muerto. Al menos, esa es la versión oficial. Nancy, quien sabe que algo espantoso pasó, recurre a Jonathan. Juntos descubren que en las fotos que sacó hay una sombra no-humana, y deducen que Joyce no está loca: hay un ser terrible que se llevó a Barb y a Will. Deciden ir a buscarlo. Solos. Porque claramente, dos adolescentes con un bate y una pistola pueden reducir a un ser pesadillesco sin sufrir daño alguno. Bleh.

Por otro lado, es momento de hablar del Jefe de Policía. Jim Hopper,quien (David Harbour) es muuuy parecido a Jack Nicholson en su etapa de El Resplandor, cuando estaba chulo), abusa del alcohol, las pastillas y el café a causa de la muerte de su hija pequeña, sucedida años atrás. Al involucrarse en el caso descubre que hay algo muy raro: ninguno de los policías que encontró el cuerpo es local, tampoco el médico forense que hizo la autopsia. De hecho, nadie vio realmente al cuerpo de Will tan cerca como para cerciorarse de que fuera él. Temiendo lo peor, Jim logra llegar hasta el cuerpo a fuerza de noquear a los que se interponen en su camino.

Esa escena es muy terrible. Hay que tener mucho coraje para entrar en una morgue, sacar el cadáver de un niño y abrirlo para ver qué tiene adentro. La cuestión es que Will no es Will: es una cosa rellena de estopa. Horrorizado, Jim decide colarse en la base militar para tratar de encontrar al chico, deduciendo que si se tomaron tantas molestias en fingir su muerte, probablemente deben tenerlo (nunca le avisa nada a la madre, no...nadie le dice nada a esa pobre mujer).
Mientras tanto, Joyce se reencuentra con su ex marido, quien la convence de que está enloqueciendo, y que lo mejor que puede hacer es sentarse a beber (gran consejo). No la culpo por beber: hachar las paredes de tu casa para descubrir que tu hijo desaparecido está siendo perseguido por un ente monstruoso no es fácil de superar. Ella no lo sabe, pero hay muchas otras personas que saben que dice la verdad y están buscando a su hijo: Jim Hopper, Jonathan, Nancy, y los amigos de Will. Estos últimos deciden llevar a Eleven a la escuela para que utilice el potente equipo de radio que guardan ahí, y pueda comunicarse con Will. En el medio, Eleven usa sus poderes telepáticos para detener una pelea y humillar al bully que molesta a Mike, lo cual es un gran plus. Luego consiguen comunicarse con Will (lo escuchan hablar con su madre a través de las paredes)

Dustin y Lucas, los otros chicos, no están tan convencidos de querer la ayuda de Eleven. Lucas, especialmente, la llama todo el tiempo "loca" y "rara", subrayando el hecho de que no la conocen, ni saben realmente cuáles son sus poderes. Dustin, más abierto a las posibilidades, decide confiar en ella. Todos llegan a la misma idea: Will aún vive, pero está en una suerte de dimensión o mundo paralelo, igual que este pero frío y muerto. Ahora deberán encontrar el portal y atravesarlo para traerlo de vuelta.

Básicamente, esos son los primero cuatro capítulos. Si bien la música y los detalles (música de The Clash y Bowie, posters de Evil Dead, jeans de tiro alto) nos llevan a la época de manera efectiva, para mi gusto le falta ochentosidad. La ropa es muy sobria, al igual que el maquillaje y los peinados; parece que los diseñadores de vestuario nunca hubieran visto una película de esos años. Todo era exagerado: las melenas infladas con spray, los colores chillones, la ropa...oh por Dios, no me hagan hablar de la ropa. En fin: carece de ese toque ridículo que caracteriza la década...es todo demasiado apagado.

En cuanto a la trama, es atrapante. Tiene todos los elementos para engancharte: un misterio, personajes queribles, un poco de terror. Eso sí: me resultó más terrorífico el ambiente (el llamado "Otro Lado" es perpetuamente oscuro y aterrador) que el monstruo en sí. Es como medio...medio. Tal vez si no lo hubieran mostrado tanto me habría asustado más, pero una vez que lo mirás con detenimiento ya no causa tanto efecto.

De todas formas, es muy, muy buena. Stay tuned para la parte 2, que seguramente será muy pronto (¡no puedo esperar para terminarla!).


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