Reseña de Nafta Súper S01 E01 y E02

Cuando salió Kryptonita, cuya reseña pueden leer acá, mi reacción fue tibia. Tenía muchas cosas que me gustan: conurbano, villa, bizarreada, fantasía urbana, superhéroes. Pero no me terminaba de cerrar la mezcla. Ahora, con estos dos episodios que salieron, sobre todo con el segundo, estoy mucho más convencida. Tienen menos presupuesto que las películas de Sharknado (y efectos igualmente paupérrimos), pero al igual que estas tiene aire de culto, secuencias demenciales y humor absurdo.


Básicamente, la banda de delincuentes de Zona Oeste continúa con sus aventuras. Todos los personajes son interpretados por los mismos actores que en la película, excepto El Faisán (Linterna Verde), que pasa de Nicolás Vazquez a Darío Lopilato. Los dos actúan mal así que la cosa no cambia demasiado. 


En fin, cada uno anda en la suya. Pasaron diez meses desde el tiroteo en el hospital y todo parece estar tranquilo. El Ráfaga (Flash) timbeando, El Federico (Batman) en la calle, La Cuñataí Güirá (Hawkgirl) y El Faisán peleando porque ella está embarazada y el no es capaz ni de ir a comprarle una leche. Sorpresivamente, un villano se hace pasar por El Federico asesina al líder de una mara, Jason ¿González? (no me acuerdo y no tengo el capítulo a mano como para chequearlo, pero puedo decirles que es un cameo de El Mono de Kapanga) manda a sus secuaces a matarlos. Algunos salen mejor parados que otros. Esto los reúne de nuevo con El Tordo, el médico que los había atendido esa fatídica noche en Kryptonita. Debido a esto deciden juntarse en el Moni Moni, el cabarulo que regentea La Miyi (Gatúbela, interpretada por Jazmín Stuart). La Miyi está harta de ellos y les reprocha que se junten ahí, donde cualquier pelotudo que se tome un bondi por Camino de Cintura puede encontrarlos. Admito que me emocioné cuando lo mencionaron. Aguante el conurbano viejah, no me importa nada.


Que pin, que pan, La Miyi y El Federico obviamente tienen onda, la Princesa (Wonder Woman) está muerta de amor por El Pini (Superman) y El Ráfaga se despacha con largas y melancólicas parrafadas sobre el barrio, la lealtad y la cana corrupta que emponzoña todo. Él es el mejor  *__* aunque El Federico también tiene lo suyo.


Hay dos grandes momentos que quiero resaltar. Uno es el secuestro de Carozo y Narizota, situación que se maneja con toda la seriedad posible dadas las circunstancias. Resulta que El Pini era fanático del programa cuando era chico y en esa época los pibes podían mandar una carta para que los personajes fueran a tomar la merienda a su casa. Pero ellos nunca fueron porque era un pobre negrito de la villa. Ya adulto El Pini vuelve a mandarles una carta, sólo para ser nuevamente rechazado. Ante su profunda decepción ("Nunca vi tanta tristeza junta delante de la tele desde el doping positivo del Diego en el '94", comenta El Ráfaga) el resto de la banda decide secuestrar a Carozo y Narizota para cumplirle el sueño al pibe. Tengan en cuenta que este es un universo donde A) Los títeres son de verdad  y B) Los títeres son de verdad, posta, es una escena genial, mírenla.


El otro momento es cuando las chicas del cabaret se suben al escenario a cantar "Un osito de peluche de Taiwan" (si dicen que no se saben cada palabra de esta canción están mintiendo, LO SÉ). Una de ellas está vestida de unicornio y todo es maravilloso y adorable hasta que cae un yuta a armar bardo. Ahí las chicas saltan a pelear, cada una haciendo gala de un poder distinto. El mejor, lejos lejos, es el de la bostera que putea y neutraliza al cana con la catarata de guarangadas que suelta. Mamá, que cloaca que tiene esa piba. Si puedo conseguir el capítulo en algún lo voy a copiar,  el discurso que se manda es brillante.


En fin, la cuestión es la serie va a poder incluir personajes nuevos y desarrollar otros (como la Cuñataí y Corona) que apenas aparecen en la película. El tono oscila todo el tiempo entre una marginalidad cruda y el delirio absoluto, exagerado. Pero ojo, el delirio bien llevado está genial. El problema va del lado de algunos secundarios y principales que sobreactúan o se desempeñan mal. Choca mucho si pensamos en otros personajes, como Lady Di, El Ráfaga y Nafta Súper, que están MUY bien. Pero bueno, una de cal y una de arena. Como siempre.

Conclusión: recomendadísima. Veanla y banquen al cine de género, que acá no garpa mucho. Basta de realismo aburrido, el pueblo quiere superhéroes.

He dicho.


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